sábado, 12 de noviembre de 2011

La amiga fiel...



Esta historia no sólo es enternecedora...
También es un ejemplo de solidaridad y lealtad que debemos interiorizar.


Lily es una encantadora perra que perdió la vista debido a una enfermedad. Sus pestañas crecían con una malformación, dentro de los globos oculares, causando daños irreparables. Durante años Lily al cuidado de sus veterinarios luchó contra esta enfermedad, hasta que su vista se fue deteriorando tanto que los veterinarios que la atendían no pudieron ayudarla más: hubo que extirparlos.


A priori todo pintaba mal: una perra tan grande ciega ¿cómo podría adaptarse al entorno? ¿podría llegar a tener una vida feliz en estas condiciones? Nadie contó en aquel momento con que su compañera Maddison, con la que se había criado, ejerciese de perro lazarillo espontáneo. Maddison indica a Lily con ligeros toques por donde tiene que moverse y parecen comunicarse con ladridos. Ellas siempre van juntas, nunca se separan y hacen la vida de cualquier otro perro normal. En la distancia no se aprecia su ceguera.




Parece tener una gran sensibilidad hacia Maddison y siempre sabe cuando está a su alrededor. Han desarrollado un modo especial de comunicarse y los ladridos de las dos parecen tomar un tono distinto cuando quieren comunicar cosas como: "¿Estás en mi camino?" o "Estoy aquí"




Ahora estos dos perros buscan un hogar pero su situación es difícil, ya que no pueden separarse. Lily necesita a Maddison y el adoptante ha de estar dispuesto a acoger a dos perras de gran tamaño, una de ellas ciega. De momento se encuentran en custodia de Dogs Trust, una organización que cuenta con 17 centros y cuida de 16.000 perros abandonados todos los años.